Los beneficios que aporta el deporte son generalmente conocidos, pero quizás hay algunos que has pasado por alto o que no sabías realmente que haciendo ejercicio los obtendrías. En este artículo te voy a hablar concretamente sobres los beneficios psicológicos del deporte.
Estilos de vida
Desde el origen del ser humano hasta nuestros días se han producido inmunerables cambios en la forma de vivir y estilos de vida. Han surgido diversos factores que afectan a nuestra salud y que producen un impacto directo en nuestras vidas. Así pues, el estilo de vida y los hábitos que tengamos pueden no ser apropiados para nuestro desarrollo evolutivo. Nuestro cuerpo no está hecho para vivir así y ello se refleja en los problemas de sedentarismo, alcohol, obesidad, estrés laboral y muchas otras condiciones perjudiciales para la salud.
¿Qué nos aporta la actividad física o el deporte?
En concreto, la actividad física contribuye a un incremento de la calidad de vida: mejora la salud física y mental y aumenta la esperanza de vida. También alivia tensión, favorece la concentración y produce sensaciones de optimismo y bienestar.
5 razones por las que hacer actividad física o deporte:
A continuación tienes 5 razones por las que empezar a practicar ejercicio:
1. Disminuye los síntomas depresivos y el estrés.
La práctica regular de actividad física activa tu organismo (lo cual contraresta la sintomatología depresiva), te proporciona mayor control emocional y reduce los niveles de ansiedad (liberas sustancias químicas que favorecen entre otras cosas el sueño o la sensación de bienestar y felicidad).
2. Mejora tu memoria y aprendizaje.
Haciendo ejercicio regular mejorará tu rendimiento cognitivo, puesto que la actividad física favorece la plasticidad cerebral, es decir, se crean nuevas conexiones sinápticas y permite a las neuronas regenerarse con mayor facilidad.
Otras actividades que favorecen la plasticidad cerebral son:
- Aprender a tocar un instrumento musical
- Juegos de memoria o de estrategia (sudokus, ajedrez… )
- Leer
3. Reduce el riesgo de padecer enfermedades y vive más años y con mejor calidad de vida.
Enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes, las enfermedades coronarias y la obesidad están directamente relacionadas con el sedentarismo (también con otros factores como la dieta y la genética).
Practicando ejercicio regularmente aumentará tu capacidad respiratoria, dormirás más y mejor, tus huesos y músculos estarán más sanos y reducirá el riesgo de muerte temprana.
4. Reduce el riego de lesiones.
No quiero decir que haciendo ejercicio se te vayan a curar dolencias físicas, pero si tu cuerpo está en forma, tienes menos riesgo de sufrir contracturas, dolores crónicos o lesiones.
Muchas contracturas se producen por un mal movimiento o impacto. Si la musculatura está en forma, el riesgo de lesionarte en estos casos disminuye notablemente.
Actividades como la natación, pilates o yoga tienen índices muy bajos de lesión y son de los que más ayudan a disminuir la ansiedad y el estrés.
5. Mejora tu autoestima y tus relaciones sociales.
Haciendo ejercicio te vas a sentir mejor y favorece que la imagen que tengas de tí mismo sea positiva. Ser físicamente activo te conduce a llevar hábitos más saludables y a una menor incidencia en consumo de drogas (principalmente porque resultan incompatibles).
La gran mayoría de actividades físicas que puedas realizar requieren interacción con otras personas. Incluso las que se practiquen en solitario, estas suelen ser en ambientes agradables y destendidos. Así pues, favorece las habilidades sociales y tu vida social en general.
¿Tengo que hacer mucho deporte o ejercicio físico para obtener todos estos beneficios psicológicos?
Se recomienda practicar ejercicio durante mínimo 20-30 minutos, al menos 3 veces por semana para obtener mayores beneficios. Ésta actividad no tiene por qué ser intensa, y se pueden combinar actividades aeróbicas y anaeróbicas, de resistencia, de fuerza, etc.
Es aconsejable realizar una actividad física moderada. Para disfrutar de todos los beneficios que hemos visto anteriormente, basta con tener una actividad física regular y descansar cuando el cuerpo te lo pida.
Fuentes consultadas:
– Márquez, S. Revista de la Federación Española de Asociaciones de Psicología, 48(1), 185-206.
– Servicio de prevención y salud Universidad Carlos III de Madrid.
¡Hasta la próxima!
Antonio Ramírez