Especialista en Adicciones
Psicólogo Especializado en Adicciones y Psicoterapia
Tratamiento en Adicciones
El paciente y su familia contarán con una alta especialización, con una experiencia de más de 20 años y un tratamiento personalizado. Donde la atención y colaboración activa del paciente, la pareja, y la familia es fundamental, convirtiéndose éstos en parte de la solución. Atendiendo a sus necesidades como a las del paciente.
El trato directo y humano se garantiza al no tratarse de una compañía o clínica anónima, que se pierde en sus dimensiones, donde se despersonaliza y burocratiza la relación con el paciente y sus familiares, sufriendo estos la mercantilización de la persona.
Dispondrán de años de experiencia a su disposición para el tratamiento de la adicción al juego, los videojuegos, juego on-line, móviles, redes sociales, alcohol y otras drogas y dependencia emocional.
Antonio Ramírez
Psicólogo Especializado en Adicciones y Psicoterapia
Mi Programa
Es altamente personalizado para cada caso. Donde el protagonismo del paciente y la colaboración de sus allegados (pareja, familia, amigos/as) son fundamentales. Contempla psicoeducación, psicoterapia individual, psicoterapia de pareja y sesiones conjuntas con la familia.
Entiendo que las familias se encuentran desorientadas y angustiadas frente a un problema para el que no se sienten preparados. Del mismo modo, el paciente no sabe el mejor modo como podrían ayudarle los familiares sin sentirse controlado, abrumado o criticado. En este sentido, la familia se convierte en un apoyo real al tratamiento cuando es convenientemente orientada y son analizados y trabajados, por todos, las dificultades relacionales que puedan existir y las que puedan ir apareciendo.
En las dos primeras consultas se hace necesaria una evaluación pormenorizada de cada caso, donde se acuerdan objetivos terapéuticos individualizados.
En una primera fase nos centramos en la adquisición de control por parte del paciente sobre la conducta problemática (jugar, beber, consumo de la sustancia…), para que en una fase posterior se puedan abordar sus causas, facilitando la recuperación. Para ello es importante la psicoeducación y la psicoterapia individual, junto con la colaboración de los familiares/pareja/amigos/as en sesiones conjuntas, ofreciéndoles a éstos apoyo psicológico, orientación y pautas específicas.
En una segunda fase, se trabajan las causas psicológicas y relacionales de la adicción, una vez la conducta problemática la tenemos controlada.
En una tercera fase se trabaja la prevención de recaídas, incluyendo un seguimiento de cada caso.
TRATAMIENTO EN ADICCIONES
Áreas de Intervención
Las conductas adictivas comienzan siendo comportamientos normales que por la pérdida de control comienza a desarrollar un patrón que nos impide dejar de realizarlo, aun sabiendo que nos trae consecuencias negativas.
La buena noticia es que hay solución
Adicción al Alcohol
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Los jóvenes beben de un modo diferente a como lo hacían sus padres y esta forma de beber preocupa por su falta de autocontrol. Este consumo se centra casi exclusivamente en los fines de semana y se hace de una manera compulsiva, muy rápidamente. La edad de inicio en el hábito de beber socialmente ha ido bajando hasta situarse en los 14-16 años.
Adicción al Cánnabis
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Es la sustancia de comercialización ilegal más consumida y su consumo se está incrementando entre los más jóvenes, debido a su normalización, minimizando sus consecuencias. Se debe pensar que en los más jóvenes los efectos son más dañinos, si tenemos en cuenta que se encuentran en pleno desarrollo.
Los riesgos asociados al consumo de derivados de cánnabis se explican tanto por las peculiaridades de su principal principio activo, el TCH, como por el hecho de que se consuma habitualmente fumado.
Con el consumo regular deben considerarse los siguientes posibles riesgos:
Puede ralentizar el funcionamiento psicológico, entorpeciendo sus funciones superiores relacionadas con el aprendizaje, la concentración y la memoria.
Otro tanto cabe decir de la ejecución de tareas complejas que requieran lucidez mental y coordinación psicomotora, como pueden ser conducir un vehículo a motor, estudiar, trabajar o tomar decisiones.
Pueden darse reacciones agudas de pánico y ansiedad.
En personas predispuestas, puede favorecer el desencadenamiento de trastornos psiquiátricos de tipo esquizofrénico.
Los efectos para la salud física pueden ser:
Tos crónica y bronquitis en consumidores habituales de dosis elevadas.
Empeoramiento de síntomas en personas que padezcan hipertensión o insuficiencia cardiaca.
Altera las hormonas responsables del sistema reproductor y de la maduración sexual.
El uso crónico del cánnabis reduce la actividad del sistema inmunitario.
La pauta más frecuente es su consumo combinado con alcohol, con lo que los efectos se multiplican, pudiendo favorecer la aparición de lipotimias.
Los efectos más inmediatos y comunes que pueden darse tras el consumo son: relajación, hilaridad, alteraciones perceptivas, torpeza, lentitud, taquicardia, sudoración, sequedad en la boca, somnolencia, ojos brillantes y enrojecidos, desinhibición, hambre y fatiga.
Los síntomas de la adicción al cánnabis son:
Desear dejar de consumir pero no ser capaz de lograrlo.
Consumir grandes cantidades o más a menudo de lo deseado.
Pasar mucho tiempo consiguiendo la sustancia, consumiéndola o recuperándose de sus efectos.
Ansia constante de consumir.
No rendir en el trabajo, el hogar o la escuela a causa del consumo.
Problemas familiares.
Seguir consumiendo incluso si esto pone a uno mismo o a terceros en peligro.
Cambios de humor, irritabilidad o inquietud.
Aislamiento.
Adicción a la Cocaína
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Posibles alteraciones físicas tras el consumo:
Inspiraciones excesivas por la nariz.
Sangrados nasales.
Sudor excesivo e inexplicable y/o incremento de la temperatura corporal.
Nervios, tics o movimientos corporales involuntarios.
Dilatación pupilar.
Además, tras el consumo, el individuo se muestra altamente excitado, inquieto, activo y realiza acciones de forma continua.
A pesar de que los efectos directos de la droga generan un elevado incremento del humor, la energía y la motivación del individuo, la adicción a la cocaína implica una reducción gradual de motivación. La persona adicta a la cocaína cada vez necesita más el consumo de la sustancia para funcionar con normalidad. El único elemento que es capaz de generar satisfacción, gratificación y motivación en la persona adicta a esta sustancia es la propia cocaína.
La búsqueda, consecución y consumo de cocaína se convierte en el elemento más importante del adicto, provocando su aislamiento social.
Se produce elevados gastos económicos.
Aparecen cambios repentinos de humor.
Los efectos tanto a corto plazo (excitación, euforia, comportamiento extravagante, cambios de humor, etc.) como los efectos a largo plazo (modificación de conducta, estilo de vida, disminución de rendimiento laboral, etc.) son elementos que suelen afectar directamente a las relaciones personales del individuo. Los problemas de pareja, familiares y sociales son altamente frecuentes en los sujetos adictos a la cocaína.
Se producen alteración horaria. Tanto por sus efectos en los cambios en el estilo de vida, anteriormente apuntados, como por los psicológicos, perdida de la noción del tiempo.
Se da una disminución de rendimiento, no solo laboral o académico, aunque este sea el más evidente.
Una persona con problemas con la cocaína no tiene por qué estar todo el día consumiendo. De hecho, ni siquiera tendría que consumir todos los días o hacerlo en cantidades extremas para desarrollar la adicción o para tener un problema con la cocaína y necesitar buscar ayuda. En este sentido, como en el resto de adicciones, hay que diferenciar entre adicción y abuso. El abuso es un factor de alto riesgo para desarrollar finalmente una adicción.
No debemos olvidar que es difícil encontrar a un consumidor de una sola droga. Habitualmente se da el policonsumo y en el caso de la cocaína viene acompañada del consumo de alcohol, convirtiéndose este en un desinhibidor, eliminando la auto-barrera para mantener mi decisión de no consumir cocaína. Además, el consumo de cocaína genera la sensación subjetiva de poder seguir bebiendo y, en realidad, a pesar de que la cocaína reduce la percepción subjetiva de los efectos de la intoxicación alcohólica, no corrige las consecuencias del alcohol sobre las capacidades psicomotoras, mezclando ambos consumos se acaba bebiendo más alcohol y consumiendo más cocaína.
El consumo crónico conlleva alteraciones cardiovasculares y respiratorias, efectos neurológicos, complicaciones gastrointestinales y en el caso de las personas que consumen cocaína inyectada presentan un mayor riesgo de contraer patologías infecciosas.
¿Tu hijo consumiendo drogas?
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Entre las señales de alarma, que pueden ayudar a los padres a saber si su hijo/a ha empezado a consumir drogas, se encuentran las siguientes.
Trastornos del sueño con insomnio y/o pesadillas y temblores.
Pérdida de peso o apetito excesivo.
Disminución del rendimiento escolar o abandono de los estudios.
Aislamiento físico, tendencia a aislarse en su habitación.
Empobrecimiento del vocabulario.
Disminución de la comunicación verbal y afectiva.
Abandono de aficiones e intereses.
Cambios bruscos de humor.
Pérdida de responsabilidad.
Adicción al Juego
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Algunos de los indicios de la adicción al juego son:
Jugar a escondidas. Lo que en principio fue una actividad social se hace en solitario, ocultándose, dificultando su detección por familiares y amigos.
Encontrarse la persona a menudo planeando la próxima sesión de juego.
Continuar jugando después de haber perdido grandes sumas de dinero.
Continuar jugando aunque esto interfiera con tu vida familiar, social o laboral.
La petición frecuente de dinero a familiares y amigos.
Deudas y, en casos más avanzados, venta de objetos, prostitución, robos para jugar o afrontar deudas o la venta de patrimonio.
El consumo diario progresivo de mayor cantidad de tiempo. Sustituyendo los tiempos dedicados a otras actividades de ocio y tiempo libre, a las relaciones familiares y de amistad, del trabajo o los estudios.
La alteración de hábitos y horarios habituales, por ejemplo en relación con el sueño y el descanso…
Encontrarte mal psicológicamente al jugar menos o dejar de jugar.
Ser incapaz de dejar de jugar a pesar de haberlo intentado.
Adicción a los Dispositivos Móviles
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La utilización del dispositivo la mayor parte del tiempo, interfiriendo en otras actividades (sociales, familiares, laborales, de ocio), a pesar de los intentos por parte de la persona de reducir su uso.
El deseo persistente e intenso, con ansia y urgencia, de chequeo de recepción de mensajes, whatsapp, acceso a aplicaciones, en un espacio corto de tiempo.
La evitación de lugares donde la cobertura no esté garantizada.
La revisión recurrente de que uno está acompañado del dispositivo y si no es así se interrumpe cualquier actividad para ir a buscarlo.
El chequeo constante relativo al saldo disponible y el nivel de batería
Mantener el dispositivo encendido las 24 horas del día, a pesar de estar en lugares donde está prohibido, por ejemplo, aviones.
Insomnio o despertares nocturnos para comprobar si el dispositivo se encuentra operativo.
Hacer continuas copias de seguridad, llevar varios dispositivos, batería alternativa, cargador y/o tarjetas de repuesto.
Comprobar que donde se va será posible la adquisición o reparación del dispositivo en caso necesario.
El dispositivo puede ser el soporte de adicciones on-line como la compra compulsiva, juegos, apuestas y redes sociales.
Adicción a las Redes Sociales
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¿Sientes la necesidad de utilizar la red social en todo momento?
¿Utilizas la red social para olvidarte de los problemas personales, relacionales o laborales?
¿Existe un impacto negativo en la vida laboral, estudiantil o personal por utilizar las redes sociales?
¿Fracasas en el intento de reducir el uso de la red social?
¿Te sientes alterado o ansioso para usar la red social, sobre todo cuando hay situaciones sociales o del entorno que lo impiden?
¿Estás en la red para escapar del malestar emocional o para mejorar tu estado de ánimo?
¿Se ha producido una alteración de hábitos y horarios habituales, por ejemplo en relación con el sueño y el descanso….?
Entonces, es muy probable que tengas una adicción a las redes sociales.
Adicción a los Videojuegos
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La adicción a los videojuegos y al ordenador va en aumento, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, convirtiéndose, en muchas ocasiones, en el antecedente, la puerta de entrada, a la adicción a las apuestas on-line.
¿Te pasas horas y horas delante del ordenador jugando a videojuegos o navegando por internet?
¿Estás dejando de lado tus estudios, trabajo y aficiones por esta razón, lo cual también está dañando tu relación con familiares y amigos?
¿Duermes poco, te sientes cansado…?
¿Sueles jugar o estar en internet para olvidarte de tus problemas?
¿Juegas o estás en internet para escapar del malestar emocional o para mejorar tu estado de ánimo?
¿Engañas a tus amigos y familiares con respecto al tiempo que dedicas a jugar o estar conectado?
¿Has intentado jugar menos o estar menos tiempo conectado o no has podido conectarte y te has sentido alterado o ansioso?
Entonces, es muy probable que tengas una adicción a internet o a los videojuegos.
Dependencia Emocional
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Hay que distinguir dos tipos de dependencia emocional: la relativa a la pareja, no extendiéndose a otras relaciones y la que no se reduce a la pareja.
Características de la dependencia emocional:
Necesidad excesiva de afecto y de ser queridos.
Necesidad constante de agradar y ser aceptado por el otro.
Se resisten a aceptar la dependencia mediante el autoengaño, oponiendo gran resistencia a la crítica externa.
Deseo compulsivo de estar siempre con la pareja.
No se quiere compartir la pareja con nadie más.
Se idealiza al compañero.
Sumisión hacia la pareja: ocupan un papel inferior frente a su compañero.
Pánico al abandono o al rechazo.
Tras una ruptura se sufre un auténtico síndrome de abstinencia.
Búsqueda del mismo perfil de pareja. Generalmente son engreídos, distantes afectivos y en ocasiones hostiles y conflictivos. A veces buscan personas con problemas para cuidarlas.
Amplio historial de relaciones de pareja.
Baja autoestima.
Miedo a la soledad.
Orientaciones
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Orientaciones los pacientes
Para luchar contra la adicción:
Admitir el problema y decidir hacer un cambio.
Tomar consciencia ¿Estás dispuesto a hacer el cambio? Analiza cuán dispuesto estás.
Elimina tus prejuicios y ten la mente abierta. Cualquier persona puede caer en una adicción. Ahí está el verdadero trabajo personal, analizar qué ha motivado la adicción.
¡Inicia un tratamiento psicológico! Nadie mejor que un terapeuta podrá guiarte adecuadamente en los pasos de tu recuperación. Podrás expresarte abiertamente y encontrar en tu interior las respuestas a tus propias preguntas. El psicólogo es el guía que te abre la puerta a tus herramientas personales para potenciarlas.
Sigue las indicaciones pautadas. Aunque algunas puedan sonarte ilógicas, todas las recomendaciones terapéuticas tienen su razón en el tratamiento. Piensa que tu mayor enemigo es la adicción y esta estará siempre dispuesta a resistirse a que la abandones.
Pide la ayuda y colaboración de las personas más cercanas. Superar una adicción por propia cuenta es muy difícil. La familia, la pareja o las amistades deben conocer qué ocurre y cómo actuar a fin de ayudarte a mantener esas pautas que pueden ser tan difíciles de seguir. Así, te podrán ayudar en momentos de mayor debilidad.
Toma especial atención cuando empieces a mejorar. Son momentos en que fácilmente puedes dejarte llevar por la felicidad de estar bien y pensar: “por una vez no pasa nada”. Sí que pasa, pero tampoco te martirices. La clave es no minimizar las recaídas y poder llevarlas a terapia a fin de analizar la situación. Las recaídas se entienden como parte del proceso en la recuperación, cuya mejoría se observa cuando éstas se van espaciando cada vez más en el tiempo.
Aunque recaigas, aunque lleguen momentos difíciles, si otros han podido, tú también.
Orientaciones los familiares, pareja o amigo/a
Para ayudar a tu familiar, pareja o amigo sigue los siguientes pasos:
Para que tome conciencia, hablar con la persona y hacerla comprender que tiene un problema. Conocer las características de la adicción, los síntomas y signos que provoca, con el fin de ayudarle a reconocerlo.
No culpar ni juzgar, simplemente hablar con él, mostrándole apoyo y ayuda.
No le mientas. Háblale de que estás enterado, de cuáles son las consecuencias y de que hay soluciones.
No lo sobreprotejas. Permítele que enfrente y arregle las consecuencias negativas de sus actos. Si se las solucionas nunca solicitará ayuda.
No lo califiques de vicioso o persona débil, sin fuerza de voluntad. A la mayoría de las personas con una adicción les causan culpa y vergüenza sus actos. Se sentirán menos incómodos si no lo haces y será más fácil que soliciten ayuda.
No lo amenaces con algo que no vas a cumplir o que solamente lo cumplirás en parte o de modo momentáneo.
No hacer de este tema un asunto tabú y actuar con naturalidad y templanza.
Animarle a que busque ayuda profesional.
Apoyar incondicionalmente a la persona que pide ayuda profesional, es un gran paso. Es muy difícil para una persona con una adicción acudir a consulta, por lo que debemos apoyarle y reforzar el gran esfuerzo que está haciendo.