Terapia infantil y adolescentes

En mi consulta realizo terapia con niñ@s y adolescentes. La estructura de las sesiones puede variar dependiendo de la conveniencia de cada caso. Así pues, la intervención puede ser individual con el niñ@ o adolescente, conjunta con familiares o mixta.

Ofrezco una primera toma de contacto gratuita sin compromiso, en la que se aclarará cualquier duda que se tenga respecto a la forma, tipo y duración de la terapia.

PRIMERA TOMA DE CONTACTO GRATUITA
Terapia infantil y adolescentes

La adolescencia es el período de transición entre la infancia y la edad adulta. Se trata de un período de desarrollo complejo en el que intervienen factores biológicos, cognitivos, emocionales y sociales dirigidos a adaptarse a las exigencias de su entorno. Por ello, acompañar al adolescente en este ambiente cambiante es determinante para un correcto desarrollo de esta etapa. Si ayudamos al adolescente a entender sus pensamientos, las conductas y las emociones que manifiesta, conseguiremos que se conozca mejor a sí mismo, obteniendo un mejor desarrollo en todas las áreas de su vida.

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«Los buenos hábitos formados en la juventud hacen la diferencia «

– Aristóteles

Conflictos familiares

Debido al conjunto de cambios que se dan en esta etapa, es muy común que aparezcan discrepancias entre el adolescente y sus padres o familiares. Una de las características más presentes en este aspecto es el cambio de grupo de referencia para el adolescente: sus amigos, compañeros y referentes sociales reemplazan en este período a las figuras paternas.

Tanto para los padres como para el adolescente, es importante conocer por qué se producen estos cambios: entender que forman parte del proceso natural de desarrollo de la persona, dotar de herramientas de negociación efectivas, desarrollar una comunicación eficaz, aceptar estados emocionales intensos y saber  cuándo  es momento de negociar y cuando es momento de dejar tranquilo al otro.

Problemas de habilidades sociales y de comunicación

Las habilidades sociales son el conjunto de coductas aprendidas que se aplican para una eficaz interacción interpresonal, las cuales son fundamentales para la consecución de metas en todas las áreas de la vida.

Las habilidades sociales están directamente relacionadas con las habilidades de comunicación. Por lo tanto, mejorando estas últimas obtendremos unas habilidades sociales más competentes. En esta línea, un correcto desarrollo emocional y conciencia de sí mismo favorecerá una autoestima sana, que promoverá las relaciones con sus iguales y con sus padres.

Acoso escolar (bullying)

El bullying es el maltrato físico y/o psicológico reiterado y que se da en condiciones de desigualdad, donde predomina la violencia emocional. Los síntomas mas clarificadores de acoso escolar son:

  • Evitar ir a clase
  • Ansiedad y nerviosismo
  • Trastornos del sueño
  • Desinterés y bajo rendimiento escolar

El apoyo psicológico en estas situaciones aporta herramientas de afrontamiento al menor, dotándole de recursos para ser más asertivo y para canalizar y comprender mejor sus emociones.

Identidad sexual

Aunque el desarrollo y conciencia sexual empieza en la infancia, los cambios hormonales que se dan en la pubertad originan la aparición de deseo sexual, atracción sexual hacia otros y sentirse percibido como objeto de deseo sexual. Por este motivo, si el adolescente percibe rechazo o desaprovación del entorno por sus conductas relacionadas con el sexo o con la identidad sexual, puede verse inmerso en turbaciones e indefensión.

Clarificar los sentimientos del adolescente al respecto y analizar los conflictos y problemas que puedan haber surgido sobre su identidad sexual favorecerá su autoconocimiento y desarrollo.

Conductas de riesgo

Debido a las características propias de la adolescencia, es en ésta etapa donde más conductas de riesgo se dan. Pese a que son negativas y suponen un riesgo, deben entenderse como parte de la adolescencia: son oportunidades de aprendizaje, desarrollo y crecimiento personal.

Haciendo consciente al adolescente de la naturaleza de estas conductas, podemos reducir el riesgo de las mismas y sustituirlas por otras más sanas como la actividad deportiva o hobbies en los que se sientan autónomos y competentes.